Pizzas, hamburguesas y alimentos altos en grasas son conocidos comúnmente como comida chatarra o rápida por su fácil obtención y preparación. Además, su consumo suele estar asociado con la obesidad, enfermedades del corazón y diabetes.
Pero, ¿qué alimentos están dentro de esta categoría y por qué son conocidos de esta manera? La comida chatarra aporta principalmente con calorías, tiene pocos nutrientes y una elevada cantidad de azúcar y sal. Además es portadora de grasas trans, grasas saturadas y varios colorantes y sabores artificiales.
Según un estudio del Instituto de Medicina de la Academia Nacional de Ciencias (OIM), estas grasas aumentan el nivel de LDL o colesterol malo en la sangre y disminuyen el nivel de HDL o colesterol bueno.
El OIM recomendó reducir al mínimo el consumo de grasas trans, saturadas y colesterol, aunque son un componente difícil de evitar en una dieta común.
Los resultados demostraron además, que un estadounidense medio consume entre cinco y seis veces más grasas trans que saturadas. Las papas fritas, las golosinas y las bebidas con gas suelen considerarse comida chatarra. Asimismo, debido a su alto componente de sal y azúcar incentivan la sed, lo que beneficia a las cadenas que venden esta comida, para que la persona continúe consumiendo más productos.
Según la nutricionista Francisca Cifuentes, alimentos como las hamburguesas y pizzas también tienen ingredientes que aportan nutrientes, el problema es que no son de buena calidad, por esto el valor nutricional es muy bajo y el calórico es alto. Si está bien elaborada no sería chatarra. Por ejemplo, la pizza tiene queso que es proteína, también tiene vegetales como tomate, lechuga o cebolla que aportan positivamente al organismo.
El problema es la calidad y la cantidad. En el caso de los embutidos es recomendable consumirlos limitadamente. El National Institutes of Health, en un estudio del 2005, vincula el consumo de comida rápida más de dos veces por semana con el aumento de diez libras en 15 años en los casos estudiados.
Por su parte, Cifuentes explica que el consumo de este tipo de alimentos esta relacionado con enfermedades como el sobrepeso, obesidad, diabetes, problemas cardiovasculares, presión alta y también se elevan los niveles de colesterol y triglicéridos.
El auge de la comida chatarra se ha dado a causa de su rapidez para obtenerla y de sus precios accesibles. La nutricionista explica que este consumo es más visible en el periodo de la universidad ya que la falta de tiempo y un cambio en los hábitos alimenticios hace que las personas opten por estos alimentos. Cifuentes recomienda que su consumo sea máximo una vez por semana.
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